UN NÚMERO ALARMANTE DE TRABAJADORES DE LA SALUD DE EE.UU. SE NIEGA A LA VACUNA COVID-l9.
¿No parece extraño que los sanitarios quienes trabajan en primera línea se opongan de manera rotunda a ser inoculados contra la COVID-19?. Los mismos argumentan razones políticas de gobierno, pero la verdad es
otra, ellos saben que una vacuna no es necesaria para esta simple
enfermedad y como ha sido manufacturada a la carrera, saltando los
protocolos de rigor bajo una falsa emergencia puede ser más bien
perjudicial, de hecho ya se ha demostrado en las pruebas experimentales,
pero no lo pueden decir abiertamente y arguyen otras excusas pues si
contradicen las líneas
gubernamentales bajadas por la OMS pueden ser despedidos, como ha
ocurrido con algunos de los heroicos miembros de la organización
denominada Médicos y científicos por la verdad.
"Un alto porcentaje de rechazo a la vacuna no solo entre los
trabajadores de la salud, sino también entre la población en general,
podría ser problemático, dijo al periódico Marc Lipsitch,
epidemiólogo de Harvard. Nuestra capacidad como sociedad para volver a
un nivel más alto de funcionamiento depende de que haya tantas personas
protegidas como sea posible”, dijo Lipsitch."
Este epidemiólogo Marc Lipsitch,
epidemiólogo de Harvard. Se ve claramente que trabaja a favor de las
farmacéuticas, pues él bien sabe que una vacuna no es necesaria para la
COVID y menos en tales condiciones.
Algunos científicos, médicos e
investigadores deshonran la profesión por sus acciones carentes de moral
y ética.
Pero poco a poco se va descorriendo el velo y la verdad surge a flote,
lamentable todos estos países que han pagado incluso por adelantado unas
vacunas que aun están
en fase experimental, no se pone en duda que algunos gobiernos hayan
pagado por adelantado para obtener sus jugosas comisiones, bajo la premisa de
una falsa emergencia como ya dijimos.